
El diagnóstico de «infertilidad secundaria» se realiza cuando una pareja no logra concebir de forma natural nuevamente después de 6 o 12 meses. Para un tratamiento eficaz, ambos miembros de la pareja deben someterse a una evaluación integral para determinar la causa de la infertilidad.
¿Qué es la infertilidad secundaria?
La infertilidad se considera secundaria si no se produce un embarazo después de relaciones sexuales regulares sin protección durante 1 año (si la pareja es menor de 35 años) o 6 meses (si la pareja es mayor de 35 años), y si los embarazos previos ocurrieron de manera natural sin el uso de tratamientos de fertilidad como la fecundación in vitro (FIV) u otros métodos de reproducción asistida.
La infertilidad secundaria es menos común que la infertilidad primaria, y afecta a aproximadamente el 11% de las parejas en los Estados Unidos.
Causas infertilidad secundaria
Las causas de la infertilidad secundaria se pueden atribuir a factores femeninos (en aproximadamente un tercio de los casos), factores masculinos (en otro tercio) o a circunstancias no identificadas o a causas que afectan a ambos miembros de la pareja (el tercio restante). Las causas principales de la infertilidad secundaria incluyen:
- Reserva ovárica disminuida. Después de los 35 años, la cantidad de óvulos disminuye, lo que hace que sea más difícil concebir. La cantidad y calidad de los óvulos pueden verse afectadas por factores genéticos, enfermedades autoinmunes, radioterapia, cirugías, entre otros.
- Problemas en la eyaculación o la función testicular. Traumatismos, varicocele, radiación por tratamientos oncológicos, tabaquismo y consumo de alcohol pueden causar disfunciones en la producción de espermatozoides.
- Desórdenes hormonales. Alteraciones en la función de la hipófisis y el hipotálamo pueden afectar la ovulación y la función de los ovarios en las mujeres. En los hombres, estos mismos desórdenes pueden llevar a una disminución o ausencia de espermatozoides en el semen.
- Infecciones de los órganos pélvicos. Las infecciones como la enfermedad inflamatoria pélvica, endometritis o cervicitis pueden reducir significativamente la probabilidad de embarazo en las mujeres. El riesgo de infertilidad secundaria aumenta en casos de enfermedades de transmisión sexual.
- Anomalías estructurales en la cavidad uterina, el cuello uterino y las trompas de Falopio. Las cicatrices y deformidades en los tejidos pueden ser el resultado de lesiones mecánicas, como abortos o una mala cicatrización después de cirugías. Estos cambios pueden causar obstrucción en las trompas de Falopio y otras complicaciones.
- Incompatibilidad inmunológica de pareja. En algunos casos, la incompatibilidad inmunológica entre la pareja puede llevar a la formación de anticuerpos antiesperma en el cuello uterino de la mujer, lo que dificulta la concepción.
En algunos casos, la infertilidad secundaria puede tener una causa psicogénica, en la que los problemas en el sistema reproductivo están relacionados con un estrés extremo, problemas psicológicos y otros factores emocionales.
El riesgo de infertilidad secundaria aumenta si la mujer tiene ciclos menstruales irregulares o ha experimentado abortos espontáneos previos.
Infertilidad secundaria y cesárea
La infertilidad secundaria a veces ocurre después de una cesárea. Esto se debe a las cicatrices y adherencias en los tejidos y la mucosa uterina que se forman como resultado de la cirugía. En ocasiones, estos cambios son reversibles, y la mujer puede concebir nuevamente después de un tratamiento adecuado.
¿Cómo se diagnostica la infertilidad secundaria?
El conjunto de pruebas diagnósticas depende de la historia clínica de la pareja. Las evaluaciones para la infertilidad secundaria generalmente incluyen:
- Medición de niveles hormonales.
- Ecografía transvaginal.
- Análisis de semen.
- Histerosalpingografía, un tipo de radiografía que utiliza un medio de contraste para evaluar las trompas de Falopio y la cavidad uterina.
La histeroscopia puede utilizarse como método diagnóstico y terapéutico. Durante este procedimiento mínimamente invasivo, un especialista utiliza un dispositivo óptico introducido en la cavidad uterina para evaluar el estado del órgano. Si es necesario, extirpa quistes, cistomas, restablece la permeabilidad de las trompas de Falopio y cauteriza focos de endometriosis.
El tratamiento de la infertilidad secundaria
El tratamiento depende de la causa de la enfermedad y puede implicar terapia médica o cirugía. El tratamiento médico puede incluir la corrección de desequilibrios hormonales, la supresión de procesos inflamatorios, el tratamiento de infecciones y otras intervenciones. En el caso de las mujeres, la cirugía puede implicar la eliminación de tejido cicatricial, pólipos o miomas. En los hombres, se pueden tratar condiciones como el varicocele.
Si estos métodos no tienen éxito, los médicos pueden ofrecer técnicas de reproducción asistida, como la inseminación intrauterina (IIU) o la fecundación in vitro (FIV). Si la mujer no puede llevar un embarazo a término o dar a luz, se puede considerar la gestación subrogada.