Anorexia

Anorexia

La anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que puede ser desencadenado por varios factores. Este problema a menudo tiene un componente psicológico y requiere un enfoque integral para su tratamiento. La anorexia, sin un tratamiento oportuno y adecuado, puede tener graves consecuencias para la salud y la vida.

¿Qué es la anorexia?

La anorexia es un trastorno psicológico en el cual una persona limita conscientemente su ingesta de alimentos de manera estricta. Se encuentra en el 1-2% de la población de todas las edades, razas y géneros. Sin embargo, con mayor frecuencia se diagnostica en adolescentes y mujeres jóvenes de entre 14 y 25 años. Aproximadamente el 0.3% de los adolescentes padecen anorexia.

Causas de la anorexia

La causa exacta de la anorexia es desconocida. Generalmente se habla de desencadenantes genéticos, psicológicos y socioculturales, o de una combinación de ellos. Las causas de la anorexia pueden incluir:

  • Factores genéticos. Hasta el 80% del riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria puede ser de origen genético. Esto puede estar relacionado con la bioquímica cerebral, especialmente la producción de serotonina y dopamina, que pueden afectar el apetito y el estado de ánimo. A veces, la anorexia se asocia con una predisposición genética a rasgos de personalidad como el perfeccionismo y la persistencia.
  • Factores psicológicos. La anorexia puede surgir cuando una persona intenta lidiar con emociones difíciles. A menudo, estas emociones pueden ser el resultado de abuso físico o psicológico. Comportamientos impulsivos, baja autoestima, alto nivel de ansiedad y rasgos obsesivo-compulsivos también pueden desencadenar la anorexia.
  • Factores culturales. La moda de los cuerpos delgados, la promoción de la delgadez en los medios de comunicación y otros factores socioculturales pueden influir en el desarrollo de la anorexia. La presión de grupo, por ejemplo, puede ser un desencadenante significativo en los adolescentes.

¿Quiénes están en riesgo?

La anorexia puede afectar a personas de ambos sexos y de todas las edades, pero hay factores que aumentan el riesgo de desarrollarla:

  • Edad (especialmente en la adolescencia y la juventud).
  • Pertenencia al sexo femenino.
  • Antecedentes familiares (las personas cuyos familiares cercanos, como padres, hermanos o hermanas, han sufrido de un trastorno de la conducta alimentaria tienen 10 veces más probabilidades de enfrentar la anorexia).
  • Dietas extremas.
  • Eventos traumáticos o significativos (como un divorcio, violencia, mudanza o el inicio de la universidad).
  • Carreras en ciertos campos (gimnastas, modelos, bailarines están en mayor riesgo).

¿Cómo progresa la enfermedad?

La anorexia pasa por varios etapas de desarrollo:

  1. Primaria: en esta etapa, el paciente busca reducir su peso al limitar la ingesta de alimentos.
  2. Anoréxica: se caracteriza por una fase activa de la enfermedad en la que la persona puede perder entre el 20% y el 50% de su peso corporal.
  3. Caquéctica: esta es la etapa más grave, donde la pérdida de peso es incontrolada y se produce la atrofia de los órganos internos.

Clasificación

La anorexia se clasifica en dos tipos principales: restrictiva y purgativa.

Restrictiva: en este caso, la persona teme la ganancia de peso, limita su ingesta de alimentos, hace ejercicio en exceso y busca alcanzar una figura delgada.

Purgativa: en este tipo, la persona no restringe su ingesta de alimentos, pero luego de las comidas, se deshace de lo que ha consumido (generalmente mediante el vómito, el uso de enemas o laxantes).

Además, la anorexia se puede clasificar como típica o atípica.

Anorexia nerviosa (típica)

Esto es lo que generalmente se entiende por «anorexia». La persona tiene una percepción distorsionada de su cuerpo y busca constantemente perder peso sin una necesidad objetiva. Las personas con anorexia nerviosa experimentan un miedo abrumador a aumentar de peso y incluso un aumento de unos pocos gramos puede causarles un estrés significativo.

Anorexia atípica

En este caso, la persona muestra síntomas de anorexia, como una pérdida significativa de peso, pero su peso corporal sigue estando dentro de los límites normales. La persona se restringe en la alimentación, se involucra en ejercicio intenso y puede purgarse después de las comidas. Generalmente, aquellos que tenían sobrepeso antes de desarrollar la anorexia tienden a sufrir de anorexia atípica.

Diagnóstico

Hay tres criterios principales para diagnosticar la anorexia:

  1. Restricción calórica que conduce a una pérdida de peso que es demasiado baja para la edad y la altura del individuo. Por lo general, esto es menos del 70% del índice de masa corporal (IMC) promedio para los adolescentes, o un IMC por debajo de 15 en adultos.
  2. Miedo intenso a aumentar de peso o volverse gordo.
  3. Distorsión de la imagen corporal, en la que la persona se ve a sí misma como con sobrepeso a pesar de su pérdida significativa de peso.

Otros síntomas de la anorexia pueden incluir:

  • Restricción extrema en la ingesta de alimentos y dietas constantes.
  • Comportamientos de purga (como vómitos, enemas o laxantes).
  • Obsesión con la «comida correcta» y la «comida incorrecta», así como la negación de las comidas.
  • Consecuencias físicas del bajo consumo de alimentos, como la delgadez, insomnio, anormalidades en los análisis de sangre, falta de menstruación en las mujeres, presión arterial baja, estreñimiento, dolor abdominal, etc.

No existe un examen de laboratorio específico para diagnosticar la anorexia, pero se pueden realizar pruebas de sangre y otros exámenes para descartar otras condiciones médicas que pueden estar contribuyendo a la pérdida de peso. La evaluación clínica y la historia del paciente son fundamentales en el diagnóstico.

Tratamiento de la enfermedad

La anorexia se puede tratar de manera efectiva solo con un enfoque integral que incluya la atención psiquiátrica, medicamentos y terapia física. Cada paciente requiere un enfoque terapéutico individualizado, teniendo en cuenta la edad, las características del trastorno y el tipo de anorexia que padece.

Es fundamental proporcionar una dieta especializada y rica en calorías. Los pacientes también necesitan apoyo psicoterapéutico para tomar conciencia de su problema y aprender a aceptarse. En algunos casos, se pueden recetar antidepresivos y otros medicamentos para restaurar el funcionamiento de los órganos internos y sistemas.

Consecuencias

Las formas graves de anorexia pueden dar lugar a una serie de efectos negativos que disminuyen las posibilidades de una recuperación completa y afectan la salud:

  • problemas del sistema inmunitario;
  • enfermedades cardiovasculares;
  • osteoporosis;
  • enfermedades de la sangre;
  • disfunción digestiva;
  • distrofia.

La infertilidad puede ser una consecuencia de la anorexia, ya que afecta la función del sistema endocrino y reproductivo, lo que puede resultar en la incapacidad para concebir. Si la fertilidad no se restaura después de la recuperación de la anorexia, se pueden considerar tecnologías de reproducción asistida, incluida la gestación subrogada.